-Ileexiid Arresta
Cuando entra a la habitación toma asiento
frente al caballete para reanudar la obra, pero de nuevo el pincel termina en
el suelo. Los espasmos son cada vez más frecuentes y el grito se oye de nuevo
en su cabeza, intenta callarlo cubriéndose los oídos, gritando, es inútil.
Una parte suya desea que no hubiese ocurrido
aquella tragedia. Desde ese día simplemente no puede explicar lo que le está
ocurriendo; pero aquel deseo de evitar lo inevitable es más sórdido que
penitente.
Él conoce perfectamente el proceso creador
de un artista, las sensaciones que se experimentan al crear, los sonidos y
olores que se producen al pintar. Es un experto.
Por eso, la noche víspera de año nuevo,
mientras todos se preparaban para ir a Bourbon Street, él permanecía en blanco,
con sus conflictos acumulándose en la mesa y la penumbra haciéndose cada vez
más presente.
Recostado en su cama, desgastado de pensar,
en pleno estado de vigilia, percibe un incesante pero sutil vaivén, un sonido
que nacía del roce constante de dos materiales. Otro ni siquiera se hubiera
dado cuenta, pero él…él sabía exactamente de lo que se trataba…
Solo unos segundos de vivir esa experiencia
su cuerpo ya comenzaba a deshidratarse desmedidamente, perdía poco a poco el
control de sus extremidades con ese desesperante titiritar, su pecho no le
respondía para jalar el elemento vital y la noche, mientras avanzaba, más lo
dañaba, porque aquella tortura no terminaba.
Su tercera noche del año parecía la última,
mejor dicho, él deseaba, imploraba, suplicaba para que fuera la última. Su
cuerpo no podía soportar un día más en vela, pero incluso en ese fatídico
estado los estremecimientos volvieron y las sábanas se pegaron a su piel cuando
revivió la sensación del maldito vaivén
en su habitación. Todo ocurría a sus espaldas, un simple movimiento y
podría descubrir qué era aquello que lo perseguía, pero no podía hacerlo.
Sentía cómo su cuerpo iba perteneciéndole cada vez menos: frialdad inexplicable
invadiendo su interior, con todos sus movimientos suspendidos. Pero justo esa
noche no necesitó moverse un ápice, pues la vela en su buró confirmó sus
sospechas sobre aquél perverso sonido.
La sombra de una delicada mano sujetando un
pincel apareció en el muro frente a él, simulaba que pintaba lenta y
sutilmente, en las sombras, una sonrisa. Quiso gritar, pero nada salió de su
garganta, intentó cerrar los ojos, pero no le respondían…Oscuridad completa.
¿Un desmayo? No, solo un sutil soplido hacia la vela; lo interesante es que
seguía totalmente entumecido, ni siquiera sentía que seguía respirando. Un
escalofrío recorrió su costado desde el hombro hasta los pies. Sabe que es
ella.
De pronto sintió cuando lo tomó en brazos
con brusquedad y lo arrojó sobre la cama para que estuviese bocarriba. Después
comenzó a acercarse, pesadamente, a un ritmo que a él lo estaba volviendo loco.
Estando a su lado colocó su brazo detrás de su cuello, mientras él lloraba sin
consuelo, en silencio, inerte… Estaba a milímetros de su rostro, se inclinó
ligeramente hacia la derecha, lo miró con sus cuencas vacías y dibujó una
sonrisa gigante al tiempo que le acercaba a la boca el recipiente que usaba a
diario, él en su mente suplicó que se detuviera, una y otra vez sin cesar, su
mirada reflejaba su desesperación pero ella le dio a entender con señas de
confusión que no comprendía y de un golpe que le quebró la mandíbula le
incrustó aquella sustancia en la garganta.
Un nuevo deceso en el 2130 de la calle
Philip; el vecindario sigue perturbado, un video de seguridad captó el
siniestro suicidio del inquilino.
Escrito por: Ileexiid Arresta

