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Cuento - Miguel Ángel Briseño Ornelas

El puto asco producido por la Segunda Guerra Corporativa fue la base para la Revolución Posthumana. Ciborgs, transespecie, CRE (Conciencia Replicante Emancipada), homúnculos, clonoides desechables, todo una furiosa fauna que aprovechó el suicidio del modelo corpotestatal para levantarse por derechos y libertades. Fue una época caótica, llena de fuego, violencia y anarquía. Aun en día es difícil retomar una crónica de todo lo sucedido, tal vez por eso nadie recuerda las historias de las putas de diseño loli, de aquí, Ciudad Luzbel.

Recuerdo una hermosa noche en calle Rob Reisner en el Distrito 9-Dante, había plaga de cucaracha-luciérnagas, acababa de llover y el aire tenía un dulzón sabor a mugrosa entrepierna sudorosa. Había despertado a las tres de la mañana, con la urgente necesidad de buscar una saludable dosis de valkiria e iba por mi decimo cigarro Lungeschwarz, cuando una loli se me acercó, con la clave de: ¿negocios, papí?

Volteé, con la repugnancia santurrona socialmente aprendida, para encontrarme con la enternecedora imagen de una niña pre adolecente; cabello rosa, unas felinas orejas asomándose de su cabeza, grandes ojos turquesa y un rostro salpicado de pecas. De cierta forma me hizo recordar a mi pequeña hermana suicida.

—Veinticinco por una lollipop, cincuenta por el uwu y ciento cincuenta por un katito de diez minutos.

—¿Diez?

—Sipi con eso basta.

Logre notar en su cuello un pequeño tatuaje lumínico con las letras DG. Joder, un pez gordo. Le di los mil eurodólares que tenía para mi valkiria, le ofrecí un cigarro y le pedí una entrevista. Quería saber su historia.

Debajo de la piedra solo hay mugre.

Su nombre es Lil Valery, tiene veintidós años, vivía en una reserva neoludita al sur de la ciudad, junto a un viejo bosque reforestado y un rio limpio. Perdió todo a los ocho años por el súper huracán Norton. Fue rescatada por drones de Dworkin-Grayling y adoptada por la compañía posteriormente. Lo primero que vio al despertar fue que se encontraba en una sala médica de un blanco impoluto, con un droide médico y un holo de rostro amoroso y paternal que se hacía llamar Dady Goodhear

Su conciencia fue transferida a una matriz sellada llamada El Jardín ahí Dady le dijo que sus padres habían muerto y que él la cuidaría por siempre. Con el tiempo fue adiestrada en una pseudoreligión que le hacía creer que El Jardín sólo existía si mantenía sexo con los “guardianes”. Su conciencia y la de otras niñas se vaciaban a distintos homúnculos infantiles y eran el show principal de gente poderosa. 

Estamos hablando de un viejo pez gordo, Dworkin-Grayling Entretenimiento y Conglomerados, fue el primero en impulsar con la séptima modificación de la Normativa de Comercio Sexual y con el nuevo Estatuto de Aprobación Religiosa. ¿Para qué? Bueno, primero, se aceptó el uso de la alternación anatómica de diseñador y con ello todo tipo de modelo que un cerebro, follado por el pene pútrido de

un perro, pueda imaginar. Segundo, una corporación que soborna para tener el estatus de religión puede considerar como acto devocional violar vagabundos en público y nadie podría hacerles nada. Para Dworkin-Grayling significó la receta perfecta para crear Dady Goodheart, una religión pedófila de prostitutas infantiles legales. ¿Por qué? Porqué podían y porqué sabían hacerlo.

Pero no duro mucho, al iniciar la GC II la competencia se presentó con una entusiasta energía y un plan sencillo. Lil presenció ese plan, me lo contó mientras sus hermosos ojos lloraban de rabia. Hay mugre, sangre y lágrimas.

“Dady se dio cuenta demasiado tarde, no todas pudimos regresar a El Jardín. Casi todas mis hermanas murieron. Ahora sé que pasó, eran samuráis enviados por Freud-Flapussy, una competencia menor. Yo no sabía nada del mundo exterior, cuando salí, todo era tan diferente, no tenía opciones. Mi mundo era el jardín, siempre fue un jardín, el bosque donde nací.... Busque mi hogar hace unos meses, ahora es un pantano. Creo que he olvidado todo sobre mis padres”.

Lil sobrevivió a una purga de ganado, como lo llaman los sicarios, se hicieron pasar por empresarios y al momento de ver a las chicas sacaron sus katanas y realizaron una veloz masacre, antes de que las conciencias regresaran a la matriz. De alguna forma Lil sobrevivió, salió al mundo y fue rápidamente reclutada por otros proxenetas, no había opción. El cuerpo en la que Lil quedó atrapada sobrevive por un suero exclusivo de Dworkin-Grayling, que se trafica como droga en las calles y que el mercado  negro trata de no vende a los homúnculos, para crear un círculo de mercado.

Dworkin-Grayling dejó de fabricar el suero al mes que la conocí, jamás encontré a Lil Valery de nuevo. 

Hoy estoy frente al monumento Posthumano, es invierno y todas las cucarachas están muertas.



Escrito por: Miguel Ángel Briseño Ornelas

Ilustraciones: Petrochev         

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